martes, 20 de agosto de 2013

Las pinturas que Lam odió


Cuentan que el célebre pintor sagüero Wifredo Lam llegó un día a Sagua la Grande buscando una pintura. El genio, luego de estudiar en la habanera Academia de Pintura y Escultura San Alejandro y en España, regresó a su tierra con intenciones de desaparecer algunos cuadros. ¿Qué mostraban aquellas obras para causar la vergüenza del pintor? ¿Cuál era su creación más despreciada?

El fauno
Las pinturas en cuestión fueron reunidas en la Pinacoteca de la Villa del Undoso en el año 1960 por los pintores sagüeros José Ramón Núñez y Manolo Fernández, gracias a un arduo trabajo de rescate y A la donación de algunos lugareños.

Se trataba de las 4 obras desconocidas de Lam que aún hoy se mantienen a la sombra en un depósito del Museo Provincial de Villa Clara.


Se piensa que “El fauno”, un óleo sobre tela, fue una de las primeras creaciones del prestigioso mestizo. Según especialistas en arte, su estilo denota que debe haber sido pintada con anterioridad a sus estudios en San Alejandro. De ahí, el interés de su autor en destruirla.

El cuadro representa dos figuras mitológicas. Una de ellas se sostiene recostada a un árbol tocando un cuerno y la otra acuclillada con la mano izquierda sobre la cabeza.

Otro de los óleos, en este caso sobre madera, fue fechado en 1913 y se titula “Naturaleza muerta”. Al parecer, la influencia pueblerina de Sagua se sospecha con mayor énfasis en esta etapa. El joven pintor recrea frutas tropicales y objetos de la cotidianidad doméstica.
Naturaleza muerta I (1913)
Hasta 1923 Lam recibe una educación artística de privilegio. Esto le permite realizar retratos y paisajes que le abrieron las puertas de la Asociación de Pintores y Escultores de La Habana, en la cual ingresó en 1920, y de los Salones de Bellas Artes de esa institución.

En esos años, el novel artista dio a luz otra “Naturaleza muerta” con similar técnica y concepto a la anterior. En ella refleja naranjas y mangos, quizás padeciendo la asfixia de la urbe capitalina y la nostalgia por su Sagua querida.

Naturaleza muerta II (1920)
Entre los retratos de la etapa de aprendiz salió de sus pinceles “Chopin”, una copia que realiza Lam de la obra homónima del talentoso pintor francés Eugène Delacroix. Se trata de un óleo sobre tela fechado en 1921.

Chopin (1921)
Gracias a una ayuda que recibe del Ayuntamiento de Sagua La Grande, Wifredo decide irse a España en 1923 para ampliar su carrera en la pintura.

La generosa ayuda del pueblo sagüero que consistía en una pensión de 40 pesos mensuales representó el impulso total que el artista necesitaba para poder dedicarse todo el tiempo a sus pinceles.

Los archivos históricos de la ciudad registran que antes de embarcar para Europa, Lam montó la primera exposición de su obra en el Círculo de Cultura y Recreo de Sagua. Al evento asistieron orgullosos sus coterráneos y amigos para despedirse del querido pintor.

Los años en el viejo continente pulieron los kilates del artista. Allá bebió las mejores influencias y se hizo universal. Pero estas 4 obras se quedaron en Sagua. Sin bien no son las más relevantes de su carrera, poseen gran valor histórico para la ciudad.

Explica Margarita Cabrera, especialista del Museo Histórico Municipal “José Luis Robau” de Sagua, que desde hace un tiempo “El fauno”, las “Naturalezas muertas” y “Chopin” fueron trasladadas a Santa Clara para su resguardo en el Museo Provincial y allí permanecen en depósito sin acceso del público.

Agrega la experimentada museóloga que la causa para su movimiento se señala en la falta de seguridad que padece la entidad local, inmueble que continúa en restauración.

La institución que custodia el patrimonio de la villa sagüera también atesora otros objetos personales pertenecientes al gran maestro de “La jungla”. Aquí se guardan 15 pinceles, 3 gubias, una jarra y un cuchillo.

Estas piezas fueron donadas por su viuda, la señora Lou Laurin Lam, después de su muerte y durante una visita a Sagua. Además se conservan en el museo varias fotografías que recuerdan algunos de los viajes de Lam a su tierra, en particular su última visita en 1978.  

“La jungla” se exhibe en el Museo de Arte Moderno de New York, “La silla” es propiedad del Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana, pero las 4 obras odiadas por Lam pertenecen a Sagua la Grande y descansan en Santa Clara.

Muchos habitantes de esta ciudad conocieron el apego del genio por su terruño. Gracias a que Lam no pudo encontrar estos cuadros en un día de desquicie artístico, hoy poseen gran valor. Todo artista tiene creaciones que odia. Y las maldecidas por Wifredo Lam son tesoros sagüeros. 

Artículo relacionado: 

No hay comentarios:

Publicar un comentario